Para Anid Jocabed mujer sedagua
Rasga
con tus dientes mi traje de seda,
sin palpar
mi piel. Rasga.Descúbrela tras del sonido.
Y adivina
cómo volver mi cuerpo un hilo.
Cien hilos, resistiéndose
solo para que con tus labios aprendas
a ir,en una mujer semidesnuda,más allá
de sus ondulacionesy sus rubores.
Donde concluyen
tus placeres, comienzan los de ellas.
Orienta
tu lengua a la hendidura exacta
que separa seda y carne.
Saborea
la seda rasgada.
Imprégnala con tu saliva
para que todo beso sobre ella,
se desagüe en gotas por la espalda.
Por la cintura,
sobre las resistentes nalgas,
hasta las piernas y tobillos,
y bajo las suaves
sábanas que blancas presencian
el desgarre de la seda.
¿Nadie te ha revelado
qué hay encima
y debajo de la seda?
Entonces no sentirás
qué hay sobre la piel
y bajo la piel de una mujer
suplicándote rasgar
su falda de seda.
Lo sedoso cuando tela
o piel,cuando estremecimiento ogemido,
nunca tiene prisas.
Y cuando creas encontrarle
fronteras en la piel que acaricias,
o besas o lames,
es solo un pliegue que invita
a continuar rasgando,
ahora con tus dedos.
Si sabes encontrar
el sitio de mi cuerpodonde seda y piel
se adhieren húmedas,
sabrás besar la piel como seda
y acariciar la seda como piel.
Deshilacha
y enhebra,
inventa agujas
y teje
sobre cualquier lugar
de mi cuerpo. Y teje.
Sobre cualquier
lugar de mi cuerpo
que deshilaches
y enhebres, teje
con las agujas
que inventes.
Enciende,
inflama,
ilumina
y alumbramis hendiduras.
Todo resquicio y toda fisura,
son las sedosas persistencias de la seda
para llegar a mi piel.
Son prolongación de mi piel,
para entregarte dicha seda.
Si es con hilos de seda,
téjete al entrar y téjeme al salir.
Enrolla hilosen mis pezones.
Pronúnciame seda, sílaba a sílaba.
Llámame seda y nómbrate seda,
para que me poseas y poseerte
con el vocablo completo.
Hay una parte de mi cuerpo
donde puedes averiguar si al rasgarla
solloza o canta la seda.
Hay dos lugares, muchos sitios.
Pobre de ti que siempre exploras uno.
No anudes hilos cuando
me escuches gemir.Déjalos serpentear
sobre nuestros cuerpos desnudos.
Destéjete y destéjeme.
Desámame y desámate.
Esta noche de luna sedosa, si sabes rasgar
con tus dientes mi traje y mi piel,
te enseñaré a bordar
enhebrando en tu aguja un solo
y largo hilo de seda.
Para leer este poema y comprenderlo mejor, sugiero escuchar como fondo el tema musical del compositor japonés Shigeru Umebayashi, de la película Deseando amar.Una de las mejores cien, del siglo XXI. Producida y dirigida por Wong Kar-wai. El más sensual y sugerente, tenue erotismo heterosexual en la historia del cine.
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Umberto Senegal. Calarcá, Quindío.
Llanitos de Gualará. Agosto 7 de 2021