Para: Arrierías

En Colombia hablar hoy día sobre abandonar el modelo paternalista en salud, vigente desde hace muchas décadas o responsabilizar al usuario en su autogestión, es lo más cercano a cometer tremendo error.

Nuestro actual sistema busca, generalmente, atender a una gran masa de usuarios, muchos de ellos a través de la ausencia o no presencia física de quien requiere el servicio en un cuadro crítico donde no se sabe si prima la salud o la economía. No basa el servicio en la prevención sino en la atención a través de medios o presencial masiva, hecho que genera un riesgo para la salud del usuario.

Hay una brecha social que deja en manos de otros la responsabilidad individual; una apatía colectiva para materializar propuestas o para no involucrarse en soluciones colectivas en un servicio fundamental, básico de cualquier organización social. Somos protagonistas del problema, pero indiferentes ante los resultados del mismo.

Nuestra mentalidad, en el servicio de salud se sostiene con base en creencias discutibles que se han convertido en verdades, pero lo son a medias: “el generador de salud es el Estado y su personal de presta los servicios en entidades públicas y/o privadas; “la equidad se logra acabando con las EPS porque hay un malgasto de recursos y oportunidades de avanzar”, además de otras apreciaciones que no citamos por razones de espacio en este primer encuentro con la salud en la Revista Digital Arrierías.

Nuestro ordenamiento jurídico está basado en el principio fundamental de la solidaridad y con base en él, el Ministerio de Salud asegura que nuestro sistema ofrece a sus usuarios muchas garantías y el acceso a tratamientos costosos mientras que los usuarios pagan con cuotas bajas el servicio, razón por la cual “nuestra salud es un atributo bastante positivo que muchos países podrían envidiar”.

Contrariando tal afirmación, los usuarios manifiestan insatisfacción frente a la realidad cotidiana que sufren en el servicio. Gran número de afiliados para la cobertura exigida pero que no tienen asegurada la eficiencia en el servicio que reciben quedando en entredicho lo asegurado por el gobierno. Basan su argumentación en comentarios a través de redes sociales o mediante voz a voz donde se afirma que las instituciones prestadoras de salud son sistemas peligrosos y, por tanto, los afiliados asumen que ingresar a una IPS tiene un riesgo altísimo, riesgo en el que responsabilizan al sacrificado gremio que, directamente, asume el compromiso de revisión, diagnóstico, valoración, formulación de medicamentos, valoración y las acciones de cuidado para cada una de las personas que solicitan el servicio.

¿Hemos tomado en serio el rol que juega cada uno en la discusión de tan importante tema?

Partiendo de la buena fe de los involucrados, todos estamos en la búsqueda de lo mejor y no cabe en mente alguna la posibilidad de actuaciones dolosas o de mala fe en el contexto general de la salud en Colombia, la aunque se han presentado acciones aisladas que tienen que ver con el código penal y esta es una verdad de a puño, pero insisto, no es la generalidad. Lo concreto es que no podemos quedarnos estáticos ante el gran problema que hoy enfrentamos agravado por la pandemia que asuela el mundo. Las soluciones deben ser colectivas si queremos un servicio de salud eficiente.

En tal sentido, se precisa buscar alianzas, tomar conciencia e involucrarnos, tomar decisiones compartidas y reformar lo que sea necesario para lograr mejores resultados; humanizar más y mejor el servicio; que funcionen con eficacia las comunicaciones en ambos lados, prestadores y usuarios; hacer campañas educativas donde se haga énfasis en los derechos de los usuarios, pero también de sus deberes; que todos sepamos nuestra corresponsabilidad dentro de todo el sistema de salud abandonando un poco concepciones y esquemas tradicionales.

En conclusión, saldremos rápido del cuento para meternos de lleno en la realidad. Esa debe ser nuestra meta.


Viviana Arroyave

Enfermera de la Corporación Universitaria Empresarial Alexander Von Humboldt; especialista en seguridad del paciente de la Universidad del Bosque, Magister (c) en educación Universidad UNIMINUTO. Coordinadora asistencial y referente de seguridad del paciente de la Clínica Oftalmológica Quindío S.A., delegada de la regional Antioquia de la Organización Colegial de Enfermería; conferencista.

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