Primera Parte

Introducción

Desde hace 25 años he venido trabajando de forma constante en la investigación de las comunidades prehispánicas del Valle del Cauca. Desde hace dos décadas me atrajo el sur del Quindío, no solo por su belleza, sino porque en esta geografía se conjugan muchos aspectos históricos de tipo natural y cultural, convirtiéndola en una región no solo con realismo mágico sino con una historia humana poco valorada y que tiene su inicio quizá desde el holoceno tardío, hace unos 4500 años a.C. aproximadamente.

Con relación a Caicedonia, se han hallado líticos en forma de punta de proyectil, en la Institución Educativa Bolivariano, que son testimonio quizá de una profundidad cronológica aún no estudiada para el municipio. También existen evidencias de ocupación relacionados con el período Quimbaya Temprano (siglos V a. C. hasta el VI d. C.). Posteriormente las evidencias materiales más abundantes se hallan en el período Quimbaya Tardío. (Siglos VII al siglo XVI d. C.).

Durante la Conquista castellana la región sur del Quindío fue sin duda la zona que más impactó en la visión de los españoles. Esta región contaba con la presencia de parcialidades de pijaos, que resistieron ferozmente la invasión, logrando en conjunción con la naturaleza, impregnar en la mente de los europeos, una visión alegórica de la cordillera pletórica de términos que interpretaron sus expresivas emociones frente al relieve montañoso, plasmando en sus relatos sintagmas como “oscuros bosques”, “ásperas breñas”, “oscuras quebradas” configurando un locus horridus,  como lo escribiera Juan de Borja el Presidente de la Real Audiencia de Santafé en su descripción de la “Alta Sierra de los Pijaos” como los castellanos conocieron a la cordillera Andina (hoy Central):

…es la de mayor aspereza que se conoçe en todas las Indias de altísimos cerros y quebradas hondas, espesísimos bosques y muchos riscos y despeñaderos de muy gran peligro sin apaçibilidades de tierra llana con más apropiada disposición para fieras que para habitación de hombre. (Borja, 1922, p.30).

Tal vez, debido a esos factores, aunado con la presencia de los pijaos que por este lado fueron casi exterminados y que la única encomienda establecida fue la de Quindío a cargo de Pedro Sánchez del Castillo, que a su vez fue objetivo militar de los pijaos, obligando a erigir un fuerte en el siglo XVI, más la dificultad para sortear la maraña, originó en la visión castellana un rechazo que logró manteneral sur del Quindíoterra incognita como parafraseara James Parsons en su célebre obra (1). Así, el sur del Quindío estuvo por más de 300 años casi deshabitado hasta la llegada de los colonos antioqueños en el siglo XIX.

Mis investigaciones sobre las evidencias históricas presentes en diversos archivos, me conducen a  una gran conclusión después de dar una cuidadosa lectura a las crónicas de Fray Pedro Simón, de Fray Pedro de Aguado, de Antonio de Zamora, de Pedro Ordoñez de Cevallos, de Antonio de Herrera,de Lucas Fernández de Piedrahita, de Juan Rodríguez Freyle, de Juan de Castellanos y del padre Juan de Velasco, así como las tres relaciones de Diego de Bocanegra y de Juan de Borja, y los autos publicados por Enrique Ortega Ricaute en 1948. Fuera de lo anterior existen informes, y demás pormenores de la guerra de los pijaos -que se pueden descargar de los documentos del Archivo General de las Indias y del Archivo histórico Nacional- como también los que están disponibles en el Archivo Central del Cauca, en síntesis, todo esta información confirma que la provincia de los buliras, era una de las provincias –o parcialidades- más importantes y representativas de los pijaos, en principio,  localizadas en la banda occidental de la cordillera Central durante los siglos XVI y XVII d. C.

¿Quiénes eran los buliras?

Y es que dicha información indica que los buliras, al igual que las parcialidades de bintima –o bintimay-, totorambo, ularami, canchuma y quindío, eran parcialidades de los pijaos, pinaos o pexos, que se aposentaron en las vertientes superiores del río La Vieja, subcuencas de los ríos Palomino, Pijao, Barragán, Lejos, Verde y Quindío. Por tanto, representa la memoria histórica de los pueblos que tuvieron contacto más temprano con los españoles.

Lo que sí se ha testificado en cada uno de los documentos acerca de los buliras y demás parcialidades vecinas, es que eran responsables de causar los peores daños a las caravanas de españoles que atravesaban la cordillera por la zona que posteriormente se conoció como el paso del Quindío.

Aún faltan gran cantidad de documentos por escudriñar en el Archivo General de las Indias. Con seguridad, podrían existir informes relacionados con la apertura del paso del Quindío en 1553, debido no solo a dificultad topográfica y selvática de la zona, sino también a la resistencia y hostilidad que presentaron los indios del lado occidental de la cordillera Central ante la inminente invasión de sus tierras por parte de los castellanos.

Localización de los buliras

Se conoce de acuerdo con un mapa de 1608 (2) que los buliras habitaban la región comprendida entre Caicedonia y Génova. Al parecer, los pijaos eran pobladores de cuencas hidrográficas (3). Y los buliras ocupaban la zona del río Barragán. Mientras los bintima sus vecinos de Caicedonia, ocupaban el río Pijao. Sin embargo, antes de 1608, es compleja su localización exacta, no solo por falta de datos cartográficos sino también, a causa de la gran movilidad presentada por esas comunidades como respuesta a la expansión constante de la frontera militar por parte de los españoles. Así, por ejemplo, en la Crónica del Perú, Pedro Cieza de León dio cuenta de la movilidad como una de las características más importantes de estos pueblos dispersos, conocidos por los cronistas como “behetrías” (4) porque en principio no identificaronen ellas un jefe o cabeza visible de mando, lo que hizo difícil la conquista de estos naturales. En los informes de Juan de Borja de 1608, también sedocumentó que muchas de las parcialidades de pijaos se hallaban refugiadas en lo alto de la cordillera y en 1611, Francisco Sarmiento de Sotomayor informó a la Real Audiencia de Santafé, que los pijaos de la otra banda de la cordillera –provincia de Mariquita, hoy Tolima- transmontaban la cordillera para refugiarse en la gobernación de Popayán (5).

De los buliras tenemos datos importantes. Uno de ellos, es que, entre los españoles que más contacto tuvieron con ellos, se cuenta a Pedro Sánchez del Castillo encomendero de una parte de la parcialidad de los quindíos que quedaba en frontera con los buliras y bintima. En la década de los 80 del siglo XVI, el capitán en mención, construyó un fuerte para defender a Cartago La Antigua de la avanzada militar de los pijaos desde el sur del Quindío.  En 1584, en su relación de la guerra contra estos indios, Pedro Sánchez del Castillo relatócómo sus huestes dieron muerte a 134 indígenas que probablemente habitaban la provincia de los buliras. Según Fray Pedro Simón, dos años más tarde,a mediados de 1586, una expedición de Diego de Bocanegra, desde la banda oriental de la cordillera Central, trasmontó los páramos llegando hasta bulira, y en un paraje que el fraile pintó de infernal, se dio muerte de un escopetazo a Chanama. Según las crónicas, este guerrero era un líder principal de esta parcialidad, en otras palabras, se trataba probablemente de un chamán, pues en su casa fueron localizados algunos elementos para prácticas rituales.

La dispersión en los buliras

Los buliras, al igual que los bintima, quizá vivían dispersosconformando familias extensas, de acuerdo con el informe de Pedro Sánchez del Castillo.

De las relaciones de Diego de Bocanegra se puede colegir que los buliras, aunque no eran tan numerosos, se convirtieron en una de las parcialidades más aguerridas de los pijaos, llegando a poner en jaque el comercio hispánico entre el Nuevo Reino de Granada y la gobernación de Popayán entre 1553 y 1603, haciendo encarecer los productos de manera exagerada para los precios de la época, y por lo tanto incidieron en el estancamiento económico de ciudades como Cartago la Antigua (hoy Pereira), Buga, y San Bonifacio de Ibagué, entre otras.

La guerra implementada por los buliras en el sur del quindío contra los españoles persiguió un objetivo en común en conjunto con las demás parcialidades de pijaos: el propósito era expulsar al castellano invasor de sus tierras ancestrales.

La capacidad de lucha de los buliras afectaba de manera directa al establecimiento español. Y la estrategia militar -hasta 1605- era enfrentarlos a través de capitulaciones o contratos de castellanos mercenarios que buscando el botín de guerra –oro, encomiendas y tierras- financiaron de forma aislada las expediciones a la cordillera Andina tratando de conquistar estos indios para someterlos al dominio español. Tanto fue la rebeldía de los pijaos que la Corona autorizó mediante reales cédulas, la esclavitud de los pijaos capturados en las diferentes expediciones punitivas –de castigo- contra estos indios. Según Valencia (1991), el número de expediciones documentadas llevadas a cabo contra los pijaos alrededor de55, de las cuales, la mayor parte se realizaron desde Popayán (6). Significa que los pijaos del lado occidental de la cordillera Central eran una verdadera molestia para los castellanos. Y sí que se convirtieron verdadera molestia para los invasores, pues de este lado de la cordilleralograron destruir a Buga en 1556 (7), incendiaron a Guacarí según indicios documentales encontrados por el historiador Hernando Palomino, quemaron el pueblo de Quindío según una relación de Melchor de Salazar (8), en 1602 quemaron a Roldanillo,  y durante el último tercio del siglo XVI, de acuerdo con Arboleda, lograron mantener en zozobra a Cali y Popayán (9). Por otro lado, Ordoñez de Cevallos, en el valle alto del río Cauca la guerra entre pijaos y castellanos fue muy cruenta, con saldo muy negativo para los pijaos, pues en la guerra a campo abierto los indios sucumbían ante el poderío de la caballería castellana, quedando también a merced armamento español, que era muy eficaz comparado con el indígena.

En los albores del siglo XVII, los pijaos incrementaron sus incursiones militares en las ciudades castellanas fronterizas a sus territorios. La Corona recibió constantes informes de las entradas de mercenarios castellanos hacia el corazón de las provincias de pijaos. Sin embargo, lo que realmente hizo detonar la guerra sistemática castellana, fue el golpe militar ocasionado probablemente por los buliras en 1603, contra un contingente militar de españoles que se dirigían a Cali, en el cual encontraban tanto el hijo como el sobrino del entonces gobernador de Popayán Vasco de Mendoza y Silva, quienes fueron decapitados. Este acontecimiento ocasionó que la Corona designara a Juan de Borja, como primer presidente de capa y espada, con vasta experiencia militar con el fin de dar inicio a una guerra sistemática, financiada ya no por particulares, sino con recursos de la realHacienda.  En 1602, se comisionó al entonces capitán Diego de Bocanegra para que fuera en búsqueda y rescate de las testas de los familiares del gobernador,muertos quizá por una confederación de pijaos comandada por los buliras. Bocanegra en su segunda relación de 1603, cuenta como hizo la entrada al territorio de bulira entre lo que quizá hoy corresponde a Génova (Quindío) y Caicedonia (Valle), encontrando las cabezas de las desdichadas personas ensartadas en sendas estacas cerca de un bohío indígena. De acuerdo con Bocanegra, las cabezas estaban orientadas hacia donde fue el sitio en que los indios efectuaron la incursión. Bocanegra asegura haber capturado varios indios responsables de la decapitación del hijo y sobrino del gobernador de Popayán. Los indios fueron llevados a Buga donde les cercenaronlos cráneoslos cuales fueron expuestos en puntas de guaduas para el reconocimiento del castigopor parte de las personas de la ciudad.

En los inicios del siglo XVII, fue tan grave la guerra entre pijaos y castellanos, que en ciudades como Cartago e Ibagué se ordenaron construir murallas.

Juan de Borja experimentado militar, encomendó la pacificación de los pijaos a varios de sus capitanes, designando a Diego de Bocanegra como maese de campo, quien desde 50 años atrás, había realizado la mayor parte de incursiones en territorio pijao, era conocedor, además poseía  experiencia en el terreno y conocimiento de sus caminos y trochas, y acompañado de soldados,  indios espías e informantes logró a través de la política de tierra arrasada, asestar duros golpes a los pijaos, sin embargo la vastedad y dificultad del terreno, continuó favoreciendo el refugio de los buliras que se escabulleron de las expediciones militares poblando otros territorios paramunos  de la cordillera central gracias a su movilidad, desde donde se reagruparon y confederaron (10)  lanzando sendos ataques contra las ciudades y estanciaserigidas en la gobernación de Popayán como en el Nuevo Reino de Granada expandiendo sus fronteras militares hacia estas dos jurisdicciones.

Por lo tanto, el estudio exige para una comprensión crítica de la historia de los buliras, el análisis de la repercusión de aspectos relevantes categorizados como la movilidad, la dispersión, el refugio, la confederación y la frontera. Estas categorías debieron probablemente influir en la reconfiguración espacialde Buga y de los pueblos de indios allí fundados en la Gobernación de Popayán en especial en las tres últimas décadas del siglo XVI y tres decenios después del siglo XVII d. C.

Resistencia militar de los buliras contra la invasión española

Antes de mencionar las categorías de los factores militares de resistencia indígena, me permito clasificarlos en dos: 1- Exógenos o causados por factores externos (Confederación, refugio o migración, y frontera) y 2- Endógenos, o propios de su cultura (dispersión) y 3- Mixtos (Movilidad), implementadas como respuesta militar ante el invasor, sustentaré mi tesis en los siguientes aspectos: 1-El canibalismo mencionado por gran parte de los cronistas españoles se convirtió en uno de los aspectos que sustentaron parcialmente la masacre y persecución de los indios pijaos. Si bien los españoles describieron en muchos documentos de las crónicas, relatos, prosas, actas, declaraciones, probanzas, visitas, relaciones y autos, entre otros;  la calidad de bárbaros, caníbales, demonios, parias, seres infrahumanos referidos a los indígenas,  su cultura y costumbres, cosmovisiones religiosas, económicas, militares y políticas, ésta condición de bárbaros y seres inferiores  la impusieron sistemáticamente los castellanos para justificar subrepticiamente el etnocidio cometido contra éstos, a quienes en algunas circunstancias esclavizaron, mientras que en otras impusieron cargas de trabajo excesivas y el pago de tributos en especie, o en oro, el despojo de sus tierras junto con su oro a sangre y fuego, logrando la demonización de sus costumbres, como de sus cosmovisiones. Para ello se valieron entre otros de sus prácticas socio-culturales, de la costumbre de algunas tribus del consumo de carne humana expuesto en gran parte de los relatos y crónicas del Nuevo Reino, en especial en Noticias historiales de las Indias en Tierra Firme. (Pedro Simón 1882, 6-T.V-N.7ª.-C.XXIV-p:225, 244, 306).

De acuerdo con Bolaños (s.f. p:81.):

…los nativos americanos se definían señalando en ellos sus carencias de rasgos culturales europeos. La falta de vestidos y de reconocible organización social y familiar para los españoles, los hacia carentes de «policia» (es decir, de orden civil); la falta de alfabeto, los hacia carentes de historia; y la práctica de la antropofagia, de calidad humana. El indio americano es así un engendro sin civilización (lo que lo convierte en bárbaro) y sin rasgos humanos (lo que lo convierte en bestia).

Este autor realiza una aguda crítica a los documentos o crónicas que servían para mostrar la barbaridad y bestialismo de los aborígenes americanos en especial los pijaos, cuyo apelativo de caribe, los hacía dignos de ser esclavizados y despojados de toda dignidad humana siendo esto la “retórica de demonización de los indios americanos y, por consiguiente, su fácil manipulación en cualquier época y circunstancia histórica”. (s.f. p:85.)

En efecto ese subterfugio impuesto por el conquistador avaro de tierra fértil y metal precioso, condujo en gran parte al segundo factor de análisis: 2- Declaración de guerra de tierra arrasada por parte de los Conquistadores.  La resistencia civil indígena expuesta por los pijaos, las condiciones naturales del territorio, su fragosidad, difícil acceso a los territorios de la sierra, condujeron en 1603 al establecimiento de tácticas de guerra de tierra arrasada y de exterminio hacia los pijaos, tal como se demuestra en varias relaciones publicadas por Ortega (1948, p: 143, 256, 257, 266- 268, 283-285, 290).

Organización social en los buliras

Según Triana (1992 p: 22)  y conforme con Ortega (1948) se deduce que la dispersión y la movilidad subyació en el carácter segmentario de estas tribus con residencia patrilocal, los buliras al igual que los bintima tenían con toda probabilidad este tipo de organización social del cual Triana propuso lo siguiente:

Podemos afirmar que los pijaos o pexos responden a un tipo de organización segmentaria compuesta por unidades menores constitutivas, en la base de una familia extensa definida por una residencia común. Estas unidades, oscilaban entre 50 y 100 personas identificados además por vínculos de parentesco directos. El conjunto de segmentos componía una provincia a la cual a su vez podía identificarse como un linaje o grupo de descendencia común.

Como advertí con los bintima, los bulira también conformaban familias extensas con ascendencia patrilocal.

El linaje patrilineal, al parecer, se presentó en las  provincias de pijaos, pero también en los vecinos quimbayas. Friede (1982. P: 203) escribió acerca de un pleito suscitado en la encomienda de Chinchiná   de Juan Bautista Vélez y la de Roldanillo, sobre el reclamo de los hijos varones de la cacica Alegría de chinchiná:

“Que fue casada con el cacique de Roldanillo y tuvo cuatro hijos…Que por pertenecer las hijas a la madre y los hijos al padre, conforme a la costumbre de aquella tierra, se han puesto en esta descripción. La hijas aparecen, pues, en la lista de los indios de Chinchiná, pero no así los hijos.”

La característica que Triana supuso para los  grupos de pijaos segmentarios de la Cordillera, contempló la movilidad de las mujeres hacia los sitios de origen de los varones:

“Las parentelas o familias extensas eran patrilineales, con residencia patrilocal. Esta relación implicaba el desplazamiento (movilidad) de las mujeres hacia la comunidad de origen de los hombres.” (Triana 1992. P: 48). Paréntesis y cursiva agregada por el autor.

Una india llamada Calaga (¿capturada?) de la provincia Pijao de Beuni que fue llevada por Juan de Mosquera, ante el Capitán Gaspar Rodríguez del Olmo con el objeto de informarse acerca de qué provincias de indios eran los que causaban daño al distrito de Ibagué, parece mostrar los lazos patrilineales descritos por Triana:

“Fuele preguntado cómo se llama y de dónde es natural, dijo que se llama en nombre de su tierra,  Calaga, y que es natural de la provincia de Otayma y que desde niña la trajeron a la provincia de Beuni hasta agora que los españoles la cogieron.”  (Ortega, 1948. P: 281)

Las relaciones endogámicas entre un mismo linaje o segmentos tribales daban cohesión social a éstos. De acuerdo con Triana, el pertenecer a un linaje “podía señalar el tipo de producción, conforme al territorio; el sistema de intercambio, y las alianzas matrimoniales” (Triana 1992. P: 47-48). Mientras que las “relaciones exogámicas permitían las relaciones entre linajes distantes” (Ibid. P: 48). Sucedía entonces una fuerte movilidad entre parentelas como concluye Triana; agregándole a lo anterior la relación productiva que de ello se desprendía, tal como lo describió Borja:

y desde que se comienza a tratar el casamiento hace el desposado las sementeras de maíz que entre ellos se conciertan y cuando la tienen de sazón pide la mujer y entrega a los suegros y parientes las sementeras que ha hecho y recibe otra que en trueco le dan para su sustento.”  (Borja 1965,  citado por Triana (1992. P: 49))

La forma de producción en los buliras

Las técnicas de cultivo contemplaban entre otros la rotación del suelo (Mejía 1993 :40), después de las cosechas de yuca y maíz principalmente y en menor escala hortalizas. Por ello era indispensable la movilización en el territorio para cumplir con éste propósito. Además de lograr el uso agrícola y la práctica de la caza en los diferentes pisos térmicos presentes en la cordillera central principalmente, y de lograr intercambios con tribus cercanas y distantes. Esta dinámica permite dilucidar una gran dinámica en el territorio dominado por los Pijaos.

Continuará en la siguiente edición de su revista digital Arrierías.

Todos los derechos de autor reservados. Obra registrada ante derechos de autor en Bogotá.

Citas

  • Parsons, J., (1979) La colonización antioqueña en el occidente de Colombia. 3ª Edición. Carlos Valencia Eds.
  • Archivo General de las Indias. MP-PANAMA,26.
  • German Cortes Tocarema, Molá; Toponimia de los sitios sagrados del pueblo pijao en el municipio de Natagaima del departamento del Tolima. Tesis de grado. (Universidad Externado de Colombia, Bogotá,2018), 28.
  • Pedro Cieza de León. La Crónica del Perú.
  • Archivo General de Indias, QUITO,16,R.12,N.43, f2v. Véase además: Carta de los oidores de Quito a S.M, fechada el 20 de febrero de 1580, en la cual mencionan que los pijaos habitan en las espaldas de las ciudades de Popayán, Cali, Buga y Cartago. AGI: QUITO,8,R.14,N.40, f3v.
  • Alonso Valencia Llano, Resistencia militar indígena en la Gobernación de Popayán en el siglo XVI. (Cali. Editorial Universidad del Valle. 1991).
  • Tulio Enrique Tascón, Historia de la Conquista de Buga. (Buga. Minerva. 1938).
  • AGI: QUITO, 24, N.38.  Relación de Melchor de Salazar de las provincias del Chocó, donde habla entre otros de las atrocidades que los españoles hacen a los indios chocoes.
  • Gustavo Arboleda. Historia de Cali. Tomo I. (Cali, Universidad del Valle, 1956).
  • Alonso Valencia Llano, Resistencia militar indígena en la Gobernación de Popayán en el siglo XVI. (Cali. Editorial Universidad del Valle. 1991).

Referencias bibliográficas.

Adolfo Triana Antorveza, La colonización española del Tolima. Siglos XVI y XVII. (Bogotá. FUNCOL. Ed. Dimensión Educativa. 1992).

Álvaro Félix Bolaños. Barbarie y canibalismo en la retórica colonial: los indios pijaos de fray Pedro Simón. (Bogotá: CEREC, 1994).

Enrique Ortega Ricaute. Cf. (1948: 106-110) Los Inconquistables, La Guerra de los Pijaos. 1602-1603. Archivo Nacional de Colombia.  Bogotá.

Fray Pedro Simón, Noticias Historiales de las Conquistas en Tierra Firme. Tomo V, séptima noticia, capítulo XLV

Leovigildo Bernal Andrade. Los heroicos pijaos y el Chaparral de los Reyes. (Bogotá, Litho Imagen, 1993).

Para mayor información favor escribir al correo: ecoambientes3000@hotmail.com

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Se prohíbe la publicación sin la expresa autorización del autor. Copyright 2021 por Rafael Antonio Castaño Vélez.

Si desea acceder a una mayor información sobre este tema, les recomiendo el libro “Fronteras, límites y periferias del Imperio Hispánico en el valle alto del río Cauca, provincias de Cartago y Buga, siglos XVI y XVII” favor enviar un email al correo referenciado arriba.

Otras publicaciones del autor están disponibles en la revista digital arrierías. Cuatro números anteriores efectuadas por el autor:

Arrierías número 49: Alegorías en la “Sierra Alta de los Pijaos” durante la época Colonial. Ver: https://www.arrierias.com/alegorias-en-lasierra-alta-de-los-pijaosdurante-la-epoca-colonial-autor-rafael-davidzen/

Arrierías número 50: ¿Por qué los Pijaos hurtaban las campanas católicas?

Ver:https://www.arrierias.com/por-que-los-pijaos-hurtaban-las-campanas-catolicas-por-rafa-davidzen/

Arrierías número 51: Que significó la exclamación ¡Santiago y a ellos! En el sur del Quindío.

Ver: https://www.arrierias.com/que-significa-la-exclamacion-santiago-y-a-ellos-efectuada-al-sur-del-quindio-en-el-ocaso-del-siglo-xvi-por-rafa-davidzen/

Arrierías número 52: ¿Fue la hoya del Quindío tierra de frontera cultural prehispánica?

Ver: https://www.arrierias.com/fue-la-hoya-del-quindio-tierra-de-frontera-cultural-prehispanica-por-rafa-davidzen/

Arrierías número 54: ¿Quiénes eran los bintima o bintimay, los verdaderos habitantes de la Caicedonia ancestral en los albores del siglo XVII?

Ver: https://www.arrierias.com/quienes-eran-los-bintima-o-bintimay-los-verdaderos-habitantes-de-la-caicedonia-ancestral-en-los-albores-del-siglo-xvii/

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Join the discussion 4 Comments

  • Rafael Castaño Giraldo dice:

    Buena investigación, lo que hacía falta, conocer la historia de nuestros antepasados, nos ubica en un contexto para identificar estás sociedades de guerra, y acabar con las mismas, ese deseo ambicioso de hoy mantiene una solapada y desangrada Colombia, por desconocer esos históricos pasados que fueron sostenibles y no cayeron como hoy en los desesperados afanes por el dinero y el apoderamiento de grandes terrenos por encima del respeto a la propiedad y los entornos.

  • felicidades, colega, muy buen artículo que ilustra la historia de las comunidades indigenas de la región del Quindio Sur y Norte del Valle del Cauca, su lucha por defender el territorio, sus conquista y la defensa por mantener y difundir su cultura como un legado ancestral que debe ser reconocido de generación en generación.

  • Rafael dice:

    Artículos como esté de gran inf…histórica me gustaría tener periódicamente para conocer mejor a nuestros hermanos de América…..yo conozco América del Sur y América del Norte…pero vagamente su gran historia….gracias

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