Movilidad, confederación y frontera
Por Rafa Davidzen
Después de la enorme acogida por parte del público caicedonita y de una muy significativa parte de personas del sur del Quindío, fueron varios los motivos, de investigar y profundizar en estos capítulos desconocidos por muchos, de estos territorios.
El número de visitas al sitio web creció bastante, acercándose a las 1700 visitas, algo motivante, ya que entre los lectores de mis artículos se hayan diversos académicos, escritores e historiadores con importantes investigaciones en el Quindío. Aunque Caicedonia hace parte del departamento del Valle del Cauca, su territorio pertenece a la hoya hidrográfica del Quindío, estando ligada por tal su historia a esa importante región no solo desde la Época Republicana sino desde épocas más remotas.
Según las fuentes documentales, las primeras comunidades indígenas contactadas para la región sur del Quindío fueron los quindíos y los buliras. Los primeros fueron advertidos en la expedición del capitán Álvaro de Mendoza, durante una misión que pretendía trasmontar la cordillera Andina, para ir a explorar la otra banda en busca del mítico valle de Arbi. (1). Mientras que los buliras se mencionan en las crónicas de Fray Pedro Simón, desde mediados de la década de 1580, ya que para esa época los indios, según los relatos del fraile, asaltaban en el camino del Quindío, haciendo casi imposible el tránsito desde Ibagué hasta Cartago. Por tal motivo, se encomendó el castigo de los indios del sur del Quindío al capitán Pedro Sánchez del Castillo en 1584. Dos años después las huestes españolas comandadas por Diego de Bocanegra, localizaron a Chanama, y le dieron muerte en un sitio que para el fraile Pedro Simón, parecía más al infierno que a cualquier otra cosa.Hoy traigo los pormenores de la muerte del mohán Chanama, ya que las evidencias de objetos rituales descritas por el fraile así lo testifican.
Antes de entrar en materia quisiera referirme a un hecho confuso en la historia de Caicedonia, y es la siguiente: existe una creencia en algunos historiadores, que consideran que los indios que se aposentaron en el sur del Quindío eran quimbayas. Nada está más lejos de la realidad que esa hipótesis. Pues si bien existe cierta homogeneidad cultural durante períodos de la historia que trascienden el señorío histórico de los quimbayas, no es cierto que exclusivamente estos hayan sido los originadores de los períodos cronológicos conocidos como Período Quimbaya Temprano y Tardío. Esa confusión hace que todo vestigio arqueológico que se encuentre en este territorio sea catalogado de forma a priori por los historiadores como pertenecientes a una supuesta Cultura Quimbaya, obliterando de esa manera un hecho etnohistórico importante: la invasión de los pijaos desde la zona oriental de la cordillera Central, según lo describió Juan de Borja en uno de sus informes sobre la guerra de los pijaos en 1608. Entonces, una cosa dice la arqueología y otra distinta menciona los datos históricos. Quizá la poca investigación de campo no ha permitido que se llegue a una conclusión distinta y permanezcamos aún sumergidos en el pensamiento de los siglos XIX y XX, cuando poco se avanzaba en la investigación archivística.
Como he mencionado en diversas ocasiones, según Rivet (1949), los buliras y los quindíos, eran pijaos y no quimbayas. Y los pijaos eran diferentes en lengua a los quimbayas. Por lo tanto, al menos durante la conquista, en el territorio caicedonita no hubo asentamiento alguno referido al señorío Quimbaya. Como advertí en las ediciones anteriores de Arrierías, los quimbayas tampoco estaban aposentados en la hoya hidrográfica del Quindío años antes de la Conquista. Pedro Cieza afirmó que ellos habían sido desplazados desde el norte por el cacique Irrúa. Sin embargo, en épocas más primitivas hubo asentamientos que desde el punto de vista arqueológico, están relacionados con los períodos cronológicos Quimbaya Tardío I y II. (de esa manera los períodos cronológicos no se identifican con una cultura en particular, en este caso no se puede generalizar con el señorío Quimbaya del siglo XVI). La gran movilidad de estas parcialidades, linajes o segmentos de comunidades tribales, hicieron reconfigurar sus fronteras una y otra vez, por lo cual no se puede afirmar que hayan estado incólumes o inamovibles dentro de un territorio como lo quiere hacer ver la historiografía tradicional heredada del fijismo cultural, que solo ve fronteras estáticas a través del tiempo. La frontera por el contrario fue dinámica. Efecto de contracciones y dilataciones, conforme a factores tanto exógenos o endógenos dentro de estas comunidades, uno de ellos fue la guerra planteada por los españoles durante el período de Conquista, la cual afectó sus configuraciones espaciales, haciendo que, en un lapso corto de tiempo, quizá décadas, estas parcialidades hayan modificado sus fronteras desplazándose a otros sitios. Tal es el caso de los buliras, y en general de las parcialidades que ocuparon la hoya del Quindío.
La frontera de guerra en el sur del Quindío entre pijaos y castellanos en el siglo XVII.
Varios son los argumentos en favor de la expansión de la frontera militar de las parcialidades de los pijaos en los inicios del siglo XVIIhacia la gobernación de Popayán, antes que su contracción por efecto de la fundación de ciudades alrededor de sus supuestos territorios, como proponen diversos autores.
En una de sus relaciones, Diego de Bocanegra mencionó un hecho de vital importancia a considerar. El propuso la estrategia de guerra que se debía implementar en contra de esa aguerrida nación como solía conocerse por parte de los españoles. Recomendó un ataque frontal de sus provincias, en el cual realizó una diferencia entre los grupos o segmentos depijaos de acuerdo con el número de individuos que fueran capaces de enfrentar a los españoles. Bocanegra observó, -con relación a las facciones de pijaos de frontera que se movilizaban en las vertientes occidentales de la cordillera Central, en zonas de habitación o refugio en territorios de la gobernación de Popayán, en lo que hoy corresponde a Pijao, Córdoba, Buenavista, y Génova en el Departamento actual del Quindío, así como Sevilla, la cordillera de Caicedonia, y la zona alta cordillerana de Tuluá y Bugalagrande en el actual Departamento del Valle del Cauca-, y pudo deducir, que eran grupos dispersos con baja densidad poblacional, quizá en momento de expansión de límites territoriales poco antes de la llegada de los españoles y de contracción por efecto de la guerra de los hispanos con éstos. Bocanegra escribió sobre la manera en que se debía afrontar militarmente a estas provincias:
“La gente que sale de Cartago y Buga (Hacia Totorambo, Bulira, Bintima y Canchuma) bastará que asistan entre los Pijaos dos o tres meses con sesenta soldados bien armados, los cuarenta arcabuceros con ésta orden y aparato sin que sean menos, antes más y copia de indios amigos (¿guías?). (Ortega 1949, p: 109) Paréntesis agregado por el autor.
Diego de Bocanegra diferenció la capacidad de enfrentamiento militar de las provincias citadas anteriormente con respecto de las provincias pijaos de amoyá, ambeyma, beuni, mayto, otayma y cacatayma, de las cuales sugirió llevar de “ochenta a cien hombres bien armados con sesenta arcabuces” con todos sus pertrechos militares. (Ortega 1949, p:109)
De acuerdo con su experiencia y el haberlos enfrentado militarmente durante casi cincuenta años, Bocanegra estudió las zonas de mayor densidad de pijaos, aquellas provincias de mayor número de hombres guerreros señalando que se debía asistir en un mayor período de tiempo que la campaña que entrara por Cartago, Buga y Timaná:
“… y la causa porque digo que el capitán y soldados que entran por Ibagué a la mesa del Chaparral han de asistir dos años en la tierra y hacer fuerte y sementeras, es porque en la comarca, en frente y lados de la mesa del Chaparral están las provincias de Amoyá, Ambeyma, y rico Valle de Maynto, Tetuán, Otayma y Cacatayma a dos leguas, a tres, a cuatro y hasta seis las más apartadas, y estas poblaciones es toda la fuerza mayor de los Pijaos, do habrá mil indios ; las demás son ladroneras de mucho bastimento y comida de do se sustentan en la guerra los indios Pijaos”
La guerra novedosa por parte de los castellanos hizo emerger entre las parcialidades conocidas como pijaos, alianzas de tipo militar. Estas alianzas fueron denominadas confederaciones en aquella época por parte de los castellanos.
Confederación entre buliras y putimaes.
Al parecer, una de las emergencias de la guerra como respuesta de los pijaos en la región sur del Quindío fue la confederación. La confederación sucede cuando estas parcialidades habituadas a andar dispersas y sin cabezas de mando aparente, son capaces de unir sus esfuerzos bélicos y luchar por una causa en común. Así debió acontecer con las parcialidades pijaos más meridionales de la hoya del Quindío, durante las dos últimas décadas del siglo XVI d. C.. Recordemos que estas parcialidades eran independientes de acuerdo a sus relaciones de descendencia. No obstante, eso no impedía que entre linajes cercanos o distantes impidiera la comunicación y las relaciones comerciales.
Hay que recalcar que los buliras habían sufrido los embates de los españoles, así en 1586fue perseguido y asesinado Chanama el principal de esta parcialidad. Los quindíos fueronsometidos y fraccionados en dos encomiendas entre 1559 y 1582 (Friede 1982). Sin embargo, los bulira se habían reorganizado ya que en 1603 son mencionados frecuentemente como responsables -con los putimaes- de los salteamientos ocurridos en el camino real que de Cartago conducía a Cali. De los putimaes se mencionan con frecuencia; parece que se habían reorganizado refugiándose en la parte alta del río Bugalagrande (Friede, 1978), bordeando las sierras bajas de lo que hoy corresponde a Sevilla, Caicedonia y Génova. Todos estos pijaos tuvieron como vecinos los quimbaya hacia la parte septentrional y a los quindos como frontera con éstos (Tascón, 1924: 23), quindío era entonces una parcialidad de frontera, pudiendo haber asimilado la cultura de ambos lados de la frontera cultural (etnogénesis). Las evidencias etnohistóricas muestran que se le imputaron a los ¿putimaes? las muertes del sobrino y del hijo del gobernador Vasco de Mendoza en 1603, lo que exigió una expedición inmediata de persecución por parte de los españoles para dar con el paradero de los responsables, a quienes se detectó por parte de Bocanegra en la cabecera del río Barragán (ver segunda relación de Bocanegra) -en franco territorio que por esa época ocupaban los bulira-, con las dos cabezas de los desdichados españoles, así que si las declaraciones publicadas por Ortega (1949, p: 115-117) corresponden con la realidad, se evidencia que los putimaes tenían su zona de refugio (¿habitación?) entre las cabeceras de los ríos Bugalagrande y Barragán o que al menos era su centro de acción militar confederados con otras provincias pijaos. Adicional a esto Tascónmencionó una provisión con fecha 26 de octubre de 1587 de la real Audiencia de Quito en la cual se afirmó que “los putimaes vivían tan cerca de la ciudad de Buga que solían salir muchas veces a hacer asaltos en los indios comarcanos de ella llevándoles presos a sus mujeres e hijos” (Tascón 1924, p: 23). Un argumento adicional que sustenta mi tesis anterior es que los buliras, quizáconfederados con los bintimas y putimaes, no se llevaron cautivos a los parientes del gobernador de Popayán Vasco de Mendoza y Silva, prefirieron cargar sus cabezas (trofeos de guerra) y esto comportaba en las tribus amerindias de acuerdo con Harris:
“La captura de prisioneros es un acto que depende de la capacidad que una banda incursora tiene para evitar los contraataques y las emboscadas durante el regreso, al tiempo que carga con cautivos poco dispuestos a cooperar. Cuando la banda incursora es pequeña y tiene que atravesar considerables distancias por regiones donde el enemigo puede vengarse antes de que pueda llegar a territorio seguro, la captura de prisioneros puede desaparecer por completo. En esas circunstancias, sólo pueden llevar piezas del enemigo para probar el cómputo de cuerpos que les permitan reivindicar las recompensas sociales y materiales reservadas a la excelencia y la valentía mostradas durante el combate. De aquí surge la extendida costumbre de llevar cabezas, cueros cabelludos, dedos y otras partes del cuerpo en lugar del cautivo entero y vivo” (Harris, M. (1985, p: 130) Caníbales y Reyes. Biblioteca científica Salvat. Salvat Editores, Barcelona).
De acuerdo con Velasco, las viviendas de losbulira presentaban cabezas colgadas de las puertas de las casas, esto demuestra la práctica común entre los pijaos, de llevar trofeos de guerra, relacionada con las cosmovisiones indígenas de capturar la esencia vital de los enemigos.
Al analizar estos dos factores en las provincias de pijaos de las vertientes occidentales de la cordillera Central como fueron: baja densidad poblacional y el transporte de trofeos (cabezas de enemigos) se deduce entonces que sus sitios de refugio hacia 1603, estaban situados en las partes altas cordilleranas, situación que concuerda con los hechos etnohistóricos.
Los argumentos mostrados hasta aquí permiten sustentar la tesis que las categorías analizadas de confederación, movilidad, refugio, dispersión y frontera se convirtieron en impulsores de estrategias militares y de dinámica social entre los nativos los cuales fueron modificando poco a poco la configuración étnica en las fronteras de sus provincias y definitivamente debieron repercutir en el cambio de sus ancestrales sitios de ocupación prehispánica. Una evidencia de ello se encuentra plasmada en una carta del entonces gobernador de Popayán, el Señor Francisco Sarmiento de Sotomayor (1611) dirigida a la Real Audiencia, en el que de acuerdo con Friede:
“…Se quejaba amargamente del modo como se hizo ésta guerra –con los pijao-, sosteniendo que ni Juan de Borja, ni sus antecesores en el Gobierno la emprendieron por parejo, pues sólo operaron en el Valle del Magdalena, por lo cual la infernal Nación Pijao, perseguida por las tropas, se «pasó de la banda del Nuevo Reino a Popayán, es decir, a las vertientes occidentales de la cordillera (central)…”. (Negrita y paréntesis agregado). (Friede 1986. opciti, p 275)
¿Pudieron los buliras, totorambos, bintimas, canchumas y putimaes haber corrido con la misma suerte que Bilapue? ¿En el sentido de haber expandido su territorio más al occidente de la cordillera Central? Analicemos como estas categorías se enlazan con la categoría de frontera.
Esta categoría que he denominado frontera cuyo sentido para la presente investigación se describió anteriormente, tuvo una emergencia en un sentido eminentemente militar, concretamente como respuesta bélica ante la invasión de sus territorios, el arrasamiento de su cultura, la esclavización de los indios y la política de guerra de “tierra arrasada” implementada por los españoles; la cual, relacionada con las categorías de movilidad, refugio, dispersión y confederación, trajeron como efecto la expansión (Ver Ortega, Ibid. p:52, Tascón. 1938. p: 127-131, Friede 1982, p. 174, Montoya) y contracción (ver Valencia. 1991. p: 9, Montoya) del área de acción bélica de los grupos de pijaos, estas zonas de expansión a la que Valencia (Ibid. p.96) denominó frontera se convirtieron pronto en áreas despobladas -lo cual demostré con evidencias documentales- por sus antiguos moradores dado que los nativos que estaban en dicha frontera fueron considerados bien indistintamente «pijaos» y eran sometidos a persecuciones militares por parte de los españoles, o caso contrario eran perseguidos por los pijaos o putimaes (declarados enemigos) en sus acciones bélicas contra los españoles.
La frontera de los buliras fue reconocida inclusive en las actas del cabildo de Cartago. (Friede 1978)
Ubicación de la provincia de losbulira y de otras provinciaspijaos, de acuerdo con la cartografía elaborada en 1608 por la Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada sustentada en las narraciones y relaciones de documentos de la conquista.
Para ubicar a losbuliras, de la nación de los pijaos, se debe tener en cuenta que dicha ubicación está restringida al lapso de tiempo de las fuentes documentales de primera mano. Aproximadamente corresponde a dos decenios antes y un decenio después del siglo XVII. (Ver Ortega 1948, p106 a la 110. Relación de los Indios Pijaos y sus provincias por parte del Capitán Diego de Bocanegra a la Real Audiencia en el año 1603 y las noticias historiales de las indias, de Fray Pedro Simón 7 noticia, Cap 24 al 45. 1882).
La ubicación de los buliras es un poco confusa, debido a que los documentos a veces mencionan dicha provincia pijao como uno de las últimas (frontera) con el sector occidental de la cordillera Central, pudiéndose confundir con los mismos bugas, putimaes, bintimas, canchumas y totorambos. Lo que si se mencionan en los archivos históricos es que fue una parcialidad, -al igual que aquellas de las provincias de otayma, cacatayma, mayto, amoyá, ambeyma y otras comarcanas a ellas-, quienes fueron las responsables -desde el punto de vista de los españoles- de los asaltos y saqueos de las ciudades de Cartago, Buga e Ibagué en 1603. Parece que estaba situada entre 5 o 6 leguas (25 a 30 Kms) de la mesa de Chaparral (Amoyá), de acuerdo con la relación de Bocanegra (Ortega 1948). Un radio de 25 a 30 kms tomando como base la parte media del río Amoyá y los datos de longitud de Bocanegra; indican que posiblemente la provincia de los buliras se encontraba localizada en la parte alta del Rio Cucuana, y del río Barragán; corredor que posiblemente abarcó el centro-sur de lo que hoy es el Municipio de Roncesvalles Tolima, El oriente de los municipios de Génova (Quindío) y el Norte de los Municipios de Sevilla y oriente de Caicedonia en el Valle del Cauca,en zonas montañosas y paramunas.
En todos los documentos de los Inconquistables queda claro que los buliras vivían en la sierra más occidental de la cordillera Central, siendo sus límites probables las provincias vecinas cacatayma y otayma por el oriente (Fray Pedro Simón, 7a noticia, p. 260), Provincia de los casi «extintos» bugas por el occidente, canchuma por el norte, y bintima y totorambo por el sur. (Lucena 1965. p. 387).
Analicemos entonces algunos apartes de los documentos de los Inconquistables en los cuales se mencionó a la provincia de bulira.
En el aparte siguiente se observa que los buliras eran una de las provincias importantes de los pijaos.
Fecha: 11 de agosto de 1603. Declaración de una india que trajo Mosquera, de una salida. Asunto: indagación del Capitán Gaspar Rodríguez del Olmo a la india Calaga de la provincia de Otayma:
“…Fuele preguntado por la dicha lengua si sabe qué gente y de qué provincias fueron a la mesa de Ibagué y hicieron el daño en que dicho repartimiento se hizo, dijo -Calaga- que todos los indios de toda la tierra, que son los de Cacatayma y Bulira y Otayma y Mayto y Beuni y algunos de Ambeyma y Amoyá…”
En el mismo documento se puede analizar la capacidad de confederación de los pijaos de las anteriores provincias:
“…Fuele preguntado que si sabe que una junta –confederación– que agora poco ha se hizo de indios para ir a la ciudad de Ibagué, de donde son naturales, dijo –Calaga– que como persona que reside en esta provincia de Beuni, sabe fueron todos los indios de la dicha provincia y los de Amoyá y Ambeyma, y esto vido esta testigo, y que para esta junta fue el que convirtió un indio principal natural de Cacatayma, llamado Gualara, y que éste los convirtió y adjuntó por ser mohán y hechicero, el cual había ayunado para hacer efecto en el dicho asalto a que iban, y asimismo entendió iban los indios de Otayma y Cacatayma y los de la Provincia de Bulira, lo cual oyó decir a los indios sus compañeros…” (palabras agregadas en negrita)
En el siguiente aparte nos referencian a los buliras como habitantes de las sierras.
Fecha: 18 de agosto de 1603. Relación de Juan de Mosquera sobre los responsables de los daños a Ibagué.
“… tiene por cosa muy cierta que los que le hicieron los daños y traiciones referidos, son los naturales de las provincias de Otayma, Cacatayma, Amoyá, Bulira, Mayto y otras comarcanas a éstas…[]…dichos indios de la sierra de las provincias nombradas…”
Y quizá la mejor descripción de las zonas en que vivían la realizó el capitán Diego de Bocanegra en su relación a la Real Audiencia:
Fecha: Mayo de 1603. Relación de las provincias y características más importantes de los pijaos por el capitán Diego de Bocanegra.
“…La tierra donde viven estos indios pijaos, es muy áspera y fragosa y toda la más de montañas bravas, frías y de muy malos pasos y peñoles; no es abundante de comidas en la sierra, viven muy apartados y divididos unas casas de otras…”
Una de las expediciones del capitán Diego de Bocanegra, la cual partió del fuerte de Medina de las Torres -sitio por él fundado-, acompañado del capitán Miguel Fernández Gavilán y 50 soldados, se dirigió a mayto, luego pasó a cacatayma, subió por otayma -provincias enclavadas en la cuenca del río Cucuana-, traspasó los páramos y llegó a bulira (vertiente opuesta de la cordillera central de la cuenca del río Cucuana, ver Lucena 1965, p.387), donde apresó y mató a Chanama su cacique principal y de allí a pasó a totorambo. Veamos la descripción de Fray Pedro Simón (1882, cap. XXXI: 255) de éste hecho:
Fecha 1584. Expedición de Diego de Bocanegra para la captura del cacique Chanama líder de los Buliras.
«Y habiendo dado asiento á la nueva ciudad, como era de corazón valeroso el Capitán, y que no sabía estar un punto ocioso, determinó salir con cincuenta soldados, y entre ellos Juan Rodríguez de Olmo y Miguel Fernández Gavilán, á dar visita á las espantosas provincias de Bulira y Totorambo, como lo hizo, pasando por las de Maito, Cacataima y Otaima, atravesando sus rigurosísimos páramos, en que se le emparamaron algunos indios amigos; llegando al fin á la de Bulira, dieron al principio de ella con una casa sola, sin gente, bien cerrada, y á la puerta arrimado un cuerpo seco de algún español, con las barbas rubias, vestido de angeo, acuchillado, aforrado en fustán ó mitán azul; teníanlo puesto allí para que espantase á los que intentasen abrir la puerta. Abriéronla los soldados, y entrando dentro, hallaron algunos pedazos de carne humana ahumada, unas mangas de raso negro, una frazada de vicuña en dos partes, un fieltro verde, un cordón de San Francisco, un escudo de frailes mercenarios, un crucifijo de plomo, una camiseta de paño pardo de Quito, dos ó tres cordovanes, zapatos, botines y alpargates, tijeras, hilo portugués y otras prendas españolas que habían asaltado en los caminos reales. Fuéronse entrando más en la provincia y en cierto paso, con buena industria del Capitán, hubieron á las manos una espía, que sirviéndoles de guía en unas profundísimas y obscuras quebradas, que más parecían retratos del infierno, dieron con los ranchos del valeroso indio Chanama, donde cogieron á su mujer y dos hijos suyos, y otras veinte ó treinta piezas, entre grandes y pequeñas, y algunas cosas de valor, hurtadas en los asaltos de los caminos reales, con que tomaron el suyo los nuestros para pasar adelante.
Pero sabiéndolo el Chanama, con cólera de un Demonio, tomando diez compañeros, se emboscó al paso de los españoles en unos espesos carrizales, de donde salió á tiempo y acometió con sus compañeros al batallón, donde iban su mujer y hijos, y peleó con una partesana y hizo tantas leonerías, hiriendo algunos soldados, que espantaba verle, hasta que le mataron de un escopetazo…»
Una pista geográfica de la ubicación de los buliras la proporciona el fraile Fray Pedro en el siguiente aparte:
“… y así sucedió que hallándose esta tropa una mañana muy lluviosa cerca del páramo entre Otaima y Bolira (Bulira), no fue posible impedirle buenos consejos al caudillo que dejasen de marchar…” (Fray Pedro Simón, 1882. Noticias historiales de la conquista de las Indias en tierra firme, cap XXXI, 7a noticia, p 260. New York)
La declaración anterior ofrece pistas sobre la ubicación de bulira. Si otayma está en la cuenca media del río Cucuana, las partes paramunas en esta zona están ubicadas en Roncesvalles, con continuidad de páramos hacia Barragán – Las Hermosas más abajo en límites entre el Valle y Tolima. Esto significaría que de acuerdo a los documentos los páramos referidos estarían por los lados de Roncesvalles zona convergente entre Tolima y Quindío por los lados de la depresión paramuna de Yerbabuena, vereda el Coco, cerca del nacimiento del río Barragán extendiéndose hacia el páramo de Barragán y zonas aledañas en la cual nace el río Bugalagrande. Estos datos geográficos concuerdan bastante bien con los etnohistóricos de 1603. Los buliras estarían situados hacia esa fecha a lo largo de este corredor del lado occidental de la cordillera,cuya movilidad abarcaría posiblemente las partes altas cordilleranas de los municipios de Tuluá, y Sevilla en el Valle del Cauca, Génova y Pijao, en el Quindío y parte de Roncesvalles, y Chaparral en el Tolima, En lo que hoy es Caicedonia convivían con los bintimas, teniendo atotorambos y canchumas como vecinos.
El fraile Fray Pedro Simón en otro aparte escribió sobre otra expedición española:
“…Capitán con cincuenta hombres, para que entrando en las Provincias de Otaima y Cacataima por la parte de Ibagué, talasen las sementeras que hallasen hechas de nuevo, y desde aquí pasasen á las de Bulira y Buga la Vieja, vertientes ya á la Gobernación de Popayán…”
Definitivamente el camino en dirección del territorio que ocuparon los bulira, por la zona oriental de la cordillera Central, fue siguiendo las descritas por Bocanegra a saber: primero pasó por la provincia de cacatayma (zona media de Cucuana), ascendió a la de otayma (zona media alta Cucuana) cruzó el páramo y llegó a bulira. (Ver mapa 2). Se conoce que en Roncesvalles hay páramos (De Carrizales, de Juan Patiño, De Yerbabuena, De Cumbarco de más de 3200 m.s.n.m. Parece que por esta zona se puede ir por la vertiente del rio Cucuanita hasta llegar a Yerbabuena (Vereda El Coco, Roncesvalles), pasar el páramo de Cumbarco (Roncesvalles) y descender por Génova (Quindío) al rio Barragán, o tomar hacia el páramo de Barragán y descender por las cabeceras del Rio Bugalagrande y más al sur por El rio Tuluá. (Ver mapa). La última referencia de Fray Pedro Simón dice que Bocanegra siguió el recorrido Otayma- Bulira- Buga La Vieja, el camino indicaría que subió por el Cucuana, pasó por el Cucuanita, subió el páramo de Barragán, descendió al valle altoandino de Barragán y pasó al fuerte de Buga La Vieja situado cerca del Cerro Pan de Azúcar.
Ahora analicemos la entrada a Bulira por el costado occidental. No hay noticias que hayan penetrado por las cabeceras del río La Vieja, cuyo nacimiento está en las vertientes del nor-occidentales del Páramo de Barragán.
Si contrastamos dicha versión de 1586, con la de 1603, podemos ver que la movilidad de los pijaos, se había enfocado hacia lo que hoy es Génova (Quindío) (Ver foto 6)
Sin embargo, el Capitán Diego de Bocanegra en una de sus expediciones en 1603, como represalia a la muerte de un hijo y un sobrino del gobernador de Popayán don Vasco de Mendoza y Silva; tomó el camino del río La Paila, el cual nace en lo alto del corregimiento de Ceylán del hoy Municipio de Tuluá (ver en web en línea: http://www.cvc.gov.co/portal/images/CVC/Recurso_Hidrico/agua_superficial/balances_ofertas_demanda/BalanceLaPaila.pdf recuperada el día 22 de enero de 2021) y de allí cerca a las barrancas del río Bugalagrande, -que nace en el sur de las vertientes del páramo de Barragán- llegó a un sitio donde se localiza el río Bulira» (Tascón 1938, p12):
«El 30 de julio -de 1603- partió Bocanegra de su campamento de las Cimarronas, a orillas del Río de La Paila, llevando en caballos los bagajes y bastimentos, para lo cual hizo se abriesen caminos por donde parecía casi imposible. La presencia de aquellos animales en medio de sus montañas produjo terror pánico a los Pijaos. ¿Putimaes? Estos habían desamparado sus casas y no habían vuelto a sembrar maíz, que era la base de su alimentación, recelando que los barbudos (como llamaban a los europeos) habían de vengar los asaltos que les habían hecho.
Alojóse Bocanegra en el río que los indios llamaban Bulira, y de allí mandó al capitán Diego de Medina con una compañía a recorrer la tierra. Por un indio que apresaron y al cual pusieron en confesión, obtuvieron los españoles noticias del lugar en donde estaban las cabezas de Mendoza y de sus desgraciados compañeros.
Siguiendo en persecución de los Pijaos por las montañas, quebradas y fuertes, en donde solían esconderse, nos refiere el mismo Bocanegra que les quemó «todas sus arboledas, plátanos, aguacates, frutos y palos de bija, arrancándole todas sus comidas, raíces y legumbres recién sembradas que se pudieran hallar, sin dejarles ningún género de mantenimiento».
Agotados los bastimentos que habían llevado los españoles, tuvieron que comerse los caballos mientras esperaban los socorros que habían pedido a Buga. Al fin llegaron éstos, consistentes en 20 fanegadas de maíz, y 29 arrobas de tasajos, pero la demora les dio tiempo a los Pijaos para huir a los páramos, y ocasionó también la deserción de cuarenta y tres indios gorrones, que no pudieron soportar las enfermedades, el hambre y demás penalidades de la campaña.
Esta circunstancia obligó a Bocanegra a prescindir de transmontar la cordillera y de penetrar a los páramos, por lo cual determinó encaminarse a las poblaciones de Canchuma, cuyos indios causaban los mayores daños en Cartago, y en los caminos reales del Valle; y después de permanecer en ellos 18 días, siguió los aposentos del Quindío, sede del famoso Calarcá.» (Tascón 1938. Historia de la conquista de Buga. Ed. Minerva s.a. Bogotá, p 130-131).
No obstante, lo aquí descrito por Tascón, en un auto en que el Capitán Rodrigo Villalobos y Mendoza realizó por medio del escribano Pedro Sánchez de Herrera en carta fechada a los 28 días del mes de julio de 1603, enviada a la Real Audiencia, se señala a los indios putimaes como responsables de la muerte del hijo y sobrino del Gobernador Vasco de Mendoza y Silva. En un aparte del auto se escribió lo siguiente:
“…por cuanto habiendo venido a su noticia el miércoles pasado que se contaron veinte y cinco de este presente mes y año, en la noche, cómo en el Guamal, tres leguas de ésta ciudad -Cartago- , en el camino real que va a la ciudad de Cali, habían salido los indios putimaes de guerra y habían muerto a don Pedro de Silva, hijo del gobernador de esta provincia, y a don Jerónimo, su primo, y a Cristóbal Sánchez,…() (Ortega Ricaurte. 1949. Los Inconquistables, La Guerra de los Pijaos. 1602-1603. Archivo Nacional de Colombia. Bogotá. p115)
Fray Pedro Simón también concuerda con lo descrito del auto anterior, y al respecto menciona lo siguiente:
“…Han muerto á otros muchos indios y españoles^ y entre ellos á Don Pedro de Mendoza, hijo de Vasco de Mendoza, Gobernador de Popayán; y Don Jerónimo de Silva y á Cristóbal Rodríguez, que venían en compañía, año de mil y seiscientos y tres, y les cortaron las cabezas en los Cerrillos, cuatro leguas do Cartago, y se las llevaron para beber en ellas, con muchas joyas de oro y piezas de plata y mucha ropa que llevaban!” (Simón, 1892 (IV): 190)
De acuerdo con lo anterior, Diego de Bocanegra, se encontró a los indios putimaes -quizá confederados con algunos pijaos comarcanos cercanos- en su correría por la cuenca del río La Paila y de Bugalagrande. Por allí debió estar seguramente esta provincia. Friede parece estar de acuerdo con ésta hipótesis. (Friede, 1982: 169). Una vez más se demuestra la generalización del calificativo español de «pijao» a cualquier tribu belicosa en su frontera interior de la cordillera Central.
El territorio que Bocanegra denominóCanchuma, pudo estar localizada en la subcuenca del Río Verde, hoy Municipio de Córdoba (Quindío) y del río Lejos (Pijao-Quindío). Límites con los quindos.
Totorambo pudo estar al sur de los bulira, en el corredor Roncesvalles-Sevilla-Tuluá, más concretamente en la cuenca alta del Río Tuluá y río Bugalagrande, en lo que hoy es el Municipio de Barragán (Tuluá).
La provincia de los bintima que referencia Lucena (1965. p: 365) pueden haber ocupado el territorio de Caicedonia y Sevilla,en su parte media-baja bordeando a los buliras al oriente.
De nuevo hago hincapié a que esta ubicación se restringe al periodo colonial del Nuevo Reino de Granada y de la Gobernación de Popayán posterior a la época precolombina. (1603-1608), sin que nada se sepa hasta el momento, si estas ocupaciones fueron ancestrales ya que los factores militares afectaron definitivamente las fronteras de los territorios indígenas en la región durante la invasión española.
En el próximo capítulo veremos sobre los mitos, cosmovisiones de los buliras. También su gran capacidad e inteligencia de guerra. No vemos en la próxima edición de su revista arrierías.
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Referencias
Fuentes primarias:
Archivo General de las Indias. MP-PANAMA,26.
Archivo General de Indias, QUITO,16,R.12,N.43, f2v. Véase además: Carta de los oidores de Quito a S.M, fechada el 20 de febrero de 1580, en la cual mencionan que los pijaos habitan en las espaldas de las ciudades de Popayán, Cali, Buga y Cartago. AGI: QUITO,8,R.14,N.40, f3v.
AGI: QUITO, 24, N.38. Relación de Melchor de Salazar de las provincias del Chocó, donde habla entre otros de las atrocidades que los españoles hacen a los indios chocoes.
Fuentes secundarias:
Alonso Valencia Llano, Resistencia militar indígena en la Gobernación de Popayán en el siglo XVI. (Cali. Editorial Universidad del Valle. 1991).
Adolfo Triana Antorveza, La colonización española del Tolima. Siglos XVI y XVII. (Bogotá. FUNCOL. Ed. Dimensión Educativa. 1992).
Álvaro Félix Bolaños. Barbarie y canibalismo en la retórica colonial: los indios pijaos de fray Pedro Simón. (Bogotá: CEREC, 1994).
Enrique Ortega Ricaute. Cf. (1948: 106-110) Los Inconquistables, La Guerra de los Pijaos. 1602-1603. Archivo Nacional de Colombia. Bogotá.
Fray Pedro Simón, Noticias Historiales de las Conquistas en Tierra Firme. Tomo V, séptima noticia, capítulo XLV
Leovigildo Bernal Andrade. Los heroicos pijaos y el Chaparral de los Reyes. (Bogotá, Litho Imagen, 1993).
Pedro Cieza de León. La Crónica del Perú.
Tulio Enrique Tascón, Historia de la Conquista de Buga. (Buga. Minerva. 1938).
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Si desea acceder a una mayor información sobre este tema, les recomiendo el libro “Fronteras, límites y periferias del Imperio Hispánico en el valle alto del río Cauca, provincias de Cartago y Buga, siglos XVI y XVII” favor enviar un email al correo referenciado arriba.
Otras publicaciones del autor están disponibles en la revista digital arrierías. Cuatro números anteriores efectuadas por el autor:
Arrierías número 49: Alegorías en la “Sierra Alta de los Pijaos” durante la época Colonial. Ver: https://www.arrierias.com/alegorias-en-lasierra-alta-de-los-pijaosdurante-la-epoca-colonial-autor-rafael-davidzen/
Arrierías número 50: ¿Por qué los Pijaos hurtaban las campanas católicas?
Ver:https://www.arrierias.com/por-que-los-pijaos-hurtaban-las-campanas-catolicas-por-rafa-davidzen/
Arrierías número 51: Que significó la exclamación ¡Santiago y a ellos! En el sur del Quindío.
Arrierías número 52: ¿Fue la hoya del Quindío tierra de frontera cultural prehispánica?
Arrierías número 54: ¿Quiénes eran los bintima o bintimay, los verdaderos habitantes de la Caicedonia ancestral en los albores del siglo XVII?
Arrierías número 55: La historia desconocida de los buliras de Caicedonia y del sur del Quindío. Parte I.
Rxcelente episodio de la historia de los burilas, dónde se sufre los envestoda de los españoles encomendados para la supuesta conquista del algreste territorio.
Una parte de la historia Colombiana no contada antes.