Columna Palabra Empeñada.
Define el diccionario de la real academia española la palabra justicia como “el principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde “, descripción que nos pone a pensar seriamente acerca de la aplicación de la justicia en el mundo, pero especialmente en nuestro dolido país.
¿Que nos hace falta para que en Colombia tengamos procesos justos y se obre en justicia?
¿Será la falta de justicia el combustible que tiene prendido el inconformismo y el caos en nuestras regiones y municipios?
Y es que el diagnostico de lo estamos viviendo es hasta fácil de elaborar: corrupción a un grado inimaginable, un descredito total de la rama legislativa, judicial y ejecutiva, unos liderazgos llenos de odio y ambición desmedida, desinformación y desorientación por todos lados y aun mas, parcialización descarada por parte de los organismos internacionales. Pero definitivamente lo que nos tiene muy perjudicados, es la doble moral de algunos compatriotas y la falta de valor de la gente honesta para enfrentar el flagelo que nos está consumiendo.
La inconformidad y desasosiego lo sentimos todos, se siente un desgobierno en todos los ámbitos (nacional, departamental y municipal) y en todos lados, se siente falta de ilusión al ver que la pandemia y sus muertos nos acosa y no se ha podido lograr dar con un tratamiento efectivo, y se siente falta de ánimo al ver que unos pocos ponen en jaque a todos los sectores productivos del país.
¿Cómo es posible que el narcotráfico y la delincuencia le estén ganando la guerra al gobierno y sea la que determine si hay movilidad y seguridad en las ciudades y carreteras del país?
¿Cómo es posible que delitos evidentes queden impunes?
¿Cómo es posible que exista un régimen laboral especial para congresistas y ejecutivos de alto nivel?
¿Cómo es posible que el informe de una comisión internacional sentencie que aquí no hay estado? (en la pasada entrega advertía de la parcialidad del informe del CIDH y a fe que no me equivoque).
¿Cómo es posible que………….?
¿Por dónde marca el destino de nuestro país y nuestros coterráneos?
Y aunque existen congresistas y dignatarios honestos y capaces, las circunstancias nos están llevando a niveles críticos de desesperanza. No vemos en el horizonte un líder que pueda recuperar la confianza en las instituciones públicas del país. Somos víctimas de una puja descarada entre la izquierda y la derecha, mientras el país se debate en noticias que estremecen al mundo entero.
Confiamos en el liderazgo de muchos jóvenes que quieren participar del desarrollo del estado, pero necesitamos que ese ímpetu este acompañado de líderes versados y con trayectoria y ejecutorias.
Claro que es posible un país mejor, claro que es posible visualizar dirigentes que les quepa el país y lo sepan orientar por el desarrollo sostenible y con justicia social.
Yo creo que entre todos somos capaces de sacar a nuestro país adelante. Lo que nos falta es emprender el compromiso de elegir a gente buena, y que ojala, tanto los jóvenes como los más adultos no nos dejemos llevar por la pasión que generan esos politiqueros perversos y azuzadores (de lado y lado).