En la actualidad tristemente, la sociedad se encuentra sumergida en una vorágine de entretenimiento y superficialidad, dejando de lado principios éticos y morales fundamentales en una sociedad ávida de ellos. La música, que debería ser una forma de expresión artística y cultural, se ha convertido en un medio de degradación hacia la mujer, influenciando a la juventud de manera negativa; pero que a la vez estas mismas tararean.
Es preocupante ver cómo la juventud se encuentra inmersa en este tipo de música, participando activamente en su promoción y aceptación. Parece que se ha perdido el respeto hacia los mayores y los valores que antes eran inculcados en la educación. Las generaciones anteriores a los años 90, que tuvieron la oportunidad de recibir una educación basada en principios sólidos, deberían sentir tristeza al notar cómo esos valores se han perdido con el paso del tiempo.
Es fácil culpar únicamente a la juventud, pero también es importante reflexionar sobre el papel que han tenido las generaciones posteriores en la educación de sus hijos. Muchos padres, en su afán de compensar su ausencia, han dado a sus hijos todo lo material que creían que necesitaban, pero se han olvidado de la importancia de enseñarles valores y ser padres presentes y amorosos. El apremio de las ocupaciones y responsabilidades diarias ha hecho que se pierda la perspectiva de lo valioso que fue tener unos padres presentes y comprometidos.
La juventud actual parece estar más interesada en el entretenimiento y en convertirse en influencers. La meta principal en sus vidas no es el estudio o el esfuerzo por salir adelante, sino la búsqueda de la fama y de la aceptación social. Es desolador ver cómo se dedican a realizar payasadas y estupideces sin ningún contenido valioso, y aún más preocupante es la influencia negativa que esto tiene sobre sus seguidores. En el último año, hemos presenciado casos de personas que han perdido la vida al cumplir desafíos propuestos por estos.
Pero es alarmante ver cómo el gobierno no tiene normas o reglas claras para regular la información que aparece en las plataformas digitales, lo que prácticamente los convierte en cómplices de esta situación.
Aunque es importante mencionar que existen influencers que comparten información valiosa, es triste ver que la juventud no parece interesarse en este tipo de contenido. La falta de interés en temas relevantes y la búsqueda constante de la fama y la aceptación social nos hace reflexionar sobre el rumbo que está tomando la sociedad.
Es necesario retomar los valores éticos y morales en la educación de las nuevas generaciones. Es responsabilidad de todos, padres, educadores y sociedad en general, fomentar una cultura de respeto, compromiso y búsqueda de la verdad. Solo así podremos revertir esta tendencia y construir una sociedad más ética y moralmente comprometida.
Acerca del Autor.
Marleny Moreno Gómez es una periodista quindiana quien asumió la gerencia y dirección de la Revista El Marqués desde el fallecimiento de su esposo, también periodista, Elías Márquez asesinado. El legado de su esposo lo asumió, con mucha valentía Marleny siguiendo los lineamientos éticos dejados por su esposo y ya son más de 4 décadas de su gran vigencia como medio para el cual han llegado escritos de los más importantes periodistas, escritores, académicos y colaboradores de toda la región. Nuestro agradecimiento a la reconocida dirigente periodística por su envío a la edición 80 de Arrierías.