Recibo muchas preguntas acerca de la compatibilidad entre los Signos astrológicos y los elementos Fuego, Tierra, Aire y Agua. Me complace decir que muchas satisfacciones me deja la asesoría de parejas, al estimular, no solo, cambio de conciencia para negociar de manera positiva su separación, sino activando la sintonía de pareja, cambio de hábitos, nuevas actitudes, para proyectar una relación armoniosa y con esperanza hacia el futuro.
Siempre queremos renovar nuestros propósitos económicos, para lo cual hacemos todo tipo de presupuestos. Tratamos de revisar las relaciones y también nos disponemos a iniciar nuevos encuentros amistosos y sentimentales. Estudiosos de la Astrología ilustran diferentes alternativas para explicar cómo es nuestra “compatibilidad” con los seres queridos mediante los signos astrológicos. Es por ello que abundan las preguntas acerca de si Sagitario se lleva bien con Aries, o Piscis con Tauro, etc.
Si bien pasamos la vida en la búsqueda de nuestro conocimiento interior, unos creyendo que la respuesta la tenemos alrededor y otros convencidos de tener la respuesta dentro y casi siempre con balances desafortunados, ¿que podríamos decir del conocimiento de los seres que comprometen nuestro amor? En realidad estamos tan absorbidos por las tentaciones del mundo, que poco dedicamos a la introspección. Al final, recurrimos a propuestas bien estructuradas desde la sicología, hasta programas de grupo para tener nociones de quienes somos y para dónde vamos.
Cuando hablamos de una relación de pareja, perdemos tiempo buscando la compatibilidad por medio de los signos astrales como si fuese tan fácil clasificar a los seres humanos. El asunto tampoco señala enormes complicaciones, es suficiente con ser conscientes que tenemos una inteligencia y un valor como la sensatez.
Todos los seres humanos podemos relacionarnos independientemente de la cultura, la raza, la religión, en fin, todo lo que nos puede hacer ver como diferentes, y lo podemos hacer con inteligencia, igual como cuando nos relacionamos con una tostadora de pan, sabemos que no podemos asar un filete, ni entablar una comunicación telefónica o enviar un fax a través de ella, pero sabemos que temperatura requerimos para tostar una rebanada de pan, que voltaje de energía se necesita y como hacerle mantenimiento. Adicionalmente nos dan un manual y garantiza que si seguimos las instrucciones su duración será mayor; el hecho es que no le damos usos para los que no está hecha.
Nada diferente es entre los humanos que entablan una relación. Basta con conocer las necesidades de la persona que nos atrae o con la que convivimos, y qué buscamos en ella, como es su liderazgo, su tipología de comunicación, sus sueños, su misión en la vida, sus deseos, sus emociones, sus fortalezas y debilidades y ya estamos dando los pasos para hacer una relación inteligente. ¿Que nos queda agregar para nutrir los sentimientos y hacer productiva la unión? ….la sensatez, que nos induce a tomar decisiones considerando al otro o a los otros y su entorno correspondiente.
Generalmente actuamos con intereses únicamente personales, es decir me caso porque me conviene, porque me hace muy feliz, porque me garantiza fidelidad, porque me da seguridad, porque me protege. Es ahí cuando empezamos a cavar la fosa para enterrar las ilusiones y poner la cruz del dolor y del arrepentimiento. Somos egoístas en todas las relaciones. Por eso es que cada día me convenzo que la Astrología es el instrumento que da claridad para afianzar una relación y como dijo Unamuno “una relación es eficaz cuando no se hace como una mezcla sino como una fusión”. Nacen entonces nuevas propiedades y un nuevo elemento, yo diría: es la alquimia del amor. Otra verdad es que únicamente pensamos en las relaciones de pareja y lo que sucede en la intimidad; y ¿qué decir entonces entre jefes y secretarias, o socios de negocios?
No olvido a Marlon Brando en la bella película Don Juan D’Marco, cuando le expresa a su mujer: “es curioso en cuarenta años de casados, nunca te he preguntado ¿qué quieres en tu vida?”…
Los invito a que no pensemos más en compatibilidades sino en relaciones inteligentes y sensatas.
La Astrología ofrece un análisis preciso mediante la Sinastría, que no es otra cosa que la comparación de Cartas Astrales o de la Sinergia, que es la acción conjunta para lograr un efecto superior al que se lograría individualmente; para descubrir ¿Qué une a las parejas y que las separa? Es un manual para construir y proyectar la relación a largo plazo, o “hasta que la muerte los separe”
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