Empezaban a caer las sombras sobre la vereda Lomitas del municipio de Santander de Quilichao, en mayo de 2019, cuando un grupo armado no identificado, irrumpió a tiros y granadas en la reunión que sostenían varios líderes sociales coordinados por Francia Márquez y Carlos Rosero. Estaban preparando una reunión con el gobierno nacional, en el marco de las protestas de ese año con la minga indígena. Se salvaron de milagro, pero dos guardaespaldas quedaron heridos. Aun cuando capturaron a los posibles autores materiales, no se sabe nada de los determinadores.
La noticia sacudió a la opinión pública nacional, pues Francia Márquez, un año antes, había obtenido el premio Goldman, considerado como el premio Nobel ambiental alternativo que “honra a la gente común que toma acciones extraordinarias para proteger nuestro planeta”. Y porque el antropólogo bonaverense Carlos Rosero es el líder espiritual afro más importante del país y es considerado el papá de la ley 70 de 1993, norma que reconoce la propiedad colectiva de las comunidades afrocolombianas sobre sus territorios ancestrales.
Es que la vida de Francia Márquez ha sido, desde muy niña, de lucha, de grandes peligros y de enormes dificultades, tal como suelen ser las vidas de millones de colombianos que han nacido en la pobreza y el abandono estatal. A punta de tesón se graduó como abogada de la universidad Santiago de Cali con tesis laureada: “Violación del Derecho Fundamental a la Consulta Previa Como una Manifestación del Racismo Estructural en Colombia”.
Francia nació en la vereda Yolombó del corregimiento La Toma, municipio de Suarez, en el norte del departamento del Cauca, municipio bañado por siete ríos -entre ellos el Cauca- pero que no tiene agua potable, pese a que le construyeron una enorme represa de 30 kilómetros de largo, que podría abastecer de agua al sur del Valle del Cauca y al norte del Cauca. Por su casco urbano pasa un ferrocarril que, desde 1928, comunica a Cali con Popayán, pero que hace cincuenta años no ve pasar tren alguno.
En los años 1600 “cuando el tirano mandó”, los españoles trajeron esclavos del África para explotar el oro de las entrañas caucanas y los sumieron en la más absoluta pobreza. Una vez se abolió la esclavitud, los descendientes se dedicaron a la agricultura y a la minería artesanal; posteriormente los gringos mecanizaron la explotación con dragas; hasta que, a mediados del siglo pasado, el departamento les legalizó a los pobladores sus posesiones ancestrales. No obstante, sus territorios siguen siendo codiciados porque abundan el agua y el oro.
El liderazgo socioambiental de Francia Elena ha sido nítido y contundente. Con toda seguridad se trata de la lideresa social más precoz en la historia de nuestro país. Baste tener presente que en 1994, con solo 13 años, ya mostraba su liderazgo en contra del proyecto de desviación del río Ovejas a la represa Salvajina. También denunciaba los incumplimientos de la CVC en la construcción de los acueductos rurales prometidos y otras compensaciones a las comunidades por los impactos ambientales de la represa.
En el 2004, el gobierno del presidente Uribe le otorgó a la sociedad Kedahda S.A. una concesión de 50.000 has de las que“no se salvaba ni el cementerio de La Toma[1]”. Esta sociedad, en el 2007, mostró su verdadero nombre: Anglogoldashanti, una de las tres compañías explotadoras de oro más poderosas del planeta.
La comunidad se plantó duro ante la compañía sudafricana. Conocían los tremendos e irreparables daños ambientales en agua, suelo y biodiversidad, que deja la gran minería en tierras fértiles. Pronto llegaron las amenazas y los desplazamientos. Para esa época operaban en la zona las Águilas Negras, los Rastrojos y el Bloque Calima, por lo que el Consejo Comunitario de La Toma y sus lideres, como Francia, fueron declarados objetivo militar.
Desde el año 2013 hasta el 2016 fue la representante legal del Consejo Comunitario de comunidades afrodescendientes del corregimiento La Toma, espacio de tiempo en el que pulió sus dotes de líderesa en la defensa del territorio. “El territorio es la vida, y la vida no se vende, se ama y se defiende”
En el 2014, participó en la mesa interétnica e intercultural del norte del Cauca desde la cual se le exigió al Gobierno Nacional detener la minería ilegal y el otorgamiento de títulos mineros sin consulta previa en territorios étnicos y emprendió una caminata: “la marcha de los turbantes” desde el norte del Cauca hasta la capital, para exigirle al Gobierno Nacional garantías en los derechos de las mujeres y pueblos negros. El país empezó a conocerla.
El 2016, fue un año de consolidación: participó en el paro realizado por la Cumbre Nacional Agraria, Campesina, Étnica y Popular. Viajó a Suiza para dialogar sobre los retos y desafíos del proceso de paz, y los derechos de los pueblos étnicos afrocolombianos e indígenas. Posteriormente, viajó a París a un foro sobre minería y buenas prácticas, organizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Cómo dije, en el 2018 ganó el premio Goldman que le dio reconocimiento mundial y en el 2020 se lanzó como precandidata a la presidencia de la republica por el Pacto Histórico en el movimiento “Soy porque Somos”, pero no alcanzó a recoger las firmas requeridas. Ante esta circunstancia, el partido Polo Democrático Alternativo le dio el aval y en las elecciones del pasado 13 de marzo de este año, sacó 783.000 votos, obteniendo la tercera votación en las consultas presidenciales, siendo solo superada por Petro y Federico Gutiérrez. Ocho días después se convertía oficialmente en la candidata a la vicepresidencia de Colombia por el Pacto Histórico que lidera Gustavo Petro
Francia Elena Márquez Mina: joven mujer afro de una región empobrecida que nada en oro; minera y trabajadora de casas de familia; madre de dos hijos; ejemplo de superación, de dignidad y resistencia; líder socioambiental por vocación y abogada de profesión; ganadora de varios premios internacionales; sobreviviente de atentados, desplazamientos y amenazas; cultora de sus ancestros y ancestras; defensora de los nadies; y una de las 100 mujeres más influyentes del mundo, según la BBC de Londres.
Ahora es la sensación política de la presente campaña presidencial. Ha recorrido la mitad de la geografía del país llenando plazas sin requerir que Petro la acompañe y en los debates ha demostrado que es una inteligente polemista sin nervios ni complejos. Francia Márquez será, con toda seguridad, la próxima vicepresidenta de Colombia. ¡Muy merecido!
[1] La Toma Más que un Nombre, un Presagio. El País, Hugo Mario Cárdenas. 2020.