La neutralidad está definida cómo: “en no tomar partido y renunciar a toda injerencia en un conflicto o diferencia de opiniones”. Se dice también, que la neutralidad “no es una virtud ya que puede provenir de la indiferencia, la autoprotección, el miedo o la cobardía”.
Y fue por esa palabra que varios escritores declinaron participar en La Feria del Libro de Madrid que se realizará del 10 al 26 de septiembre, pues el embajador colombiano en España, Luis Guillermo Plata, dijo “que se había buscado escritores neutrales” para cursarle la invitación a este certamen cultural. En muchos sectores este mensaje ha sido entendido como que escogieron a quienes desde su quehacer con la palabra no han sido críticos con el gobierno Duque.
Las reacción de los escogidos no se hizo esperar y Melba Escobar, presentó su renuncia por medio de una carta en la que explica los motivos de su actuar: “Las declaraciones del embajador dan a entender que la selección de autores que asistirán a la feria fue definida con base en afinidades políticas al Gobierno, o al menos que se rechazó a quienes explícitamente han sido sus críticos. Resulta muy difícil no leerlo como una forma de censura”(1). Por su parte Margarita García Robayo, dijo: “Me uno a mis compañeros que ven en este gesto una muestra de exclusión y de falta de respeto hacia los escritores que sí fuimos convocados al implicar que no tenemos pensamiento político, y que nuestras obras son neutras, es decir inocuas. Es una muestra de profundo desconocimiento frente a nuestro trabajo” (1).
Bueno, lo cierto es que las declaraciones del señor Plata, dieron como resultado que otros escritores se sumaran a la negativa de asistir el importante evento entre los que destacan: Evelio Rosero; Tomás González y Juan Gabriel Vásquez (1).
Esperemos a ver que resulta de todo esto pues como lo dijo Margarita García “es una falta de respeto hacia los escritores que si fuimos convocados al implicar que no tenemos pensamiento político y que nuestras obras son neutras, es decir inocuas” y en algunos escritores esto no es verdad, sus palabras trazan caminos nuevos para mirar el futuro, dan luces que orientan el modo de pensar, combaten desde la palabra, censuran, y provocan en los lectores emociones que finalmente ayudan a comprender algunas claves ocultas para la mayoría de los mortales.
Los escritores, se ha dicho, no tienen la obligación de componer nada, al contrario, tienen la obligación de revolverlo todo, pero desde sus voces literarias los lectores descubrimos otros mundos, otros pensamientos, otras maneras de ver la vida para afrontarla mejor equipados.
El Director