Caminar hacia una sociedad equitativa, que reconozca las diferencias y permita que cada quien pueda ser, posibilita la siguiente pregunta ¿Cómo hacer para que el logro de los ODS esté por encima de los intereses políticos de un país?, de cara al final de un año que ha estado marcado por diversas situaciones que han atravesado al mundo entero, tanto social como medio ambiental, que ha puesto de cara una nueva realidad, de manera que, se tomen acciones que contribuyan a la transformación y el bienestar.
Los ODS surgen a partir de los objetivos del milenio ODM (2000-2015) en el 2015 con la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, la cual entró en vigor el día 1 de enero de 2016, está compuesta por los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) definidos y las 169 metas en las que se concretan, estos reconocen tanto lo negativo como lo positivo de las dinámicas de interacción social y medioambiental para trabajar por el fortalecimiento de países desarrollados y en proceso de desarrollo.
En relación con lo anterior, por medio de los ODS se busca brindar unos mínimos de garantías para las personas y la naturaleza de manera equitativa y sostenible, así mismo, se entiende la sostenibilidad como la responsabilidad por las prácticas de consumos de los seres humanos, además se hace hincapié en aspectos como el objetivo 8 acerca del trabajo decente, lo cual permite evidenciar las disparidades laborales de género tanto salariales como las relacionadas con las labores domésticas, de manera que, se reconoce la importancia de los trabajos dignos en logro del bienestar.
Es así como el logro de los ODS debe ir va más allá de la voluntad política de turno, pues el cumplimiento de estos permite que el desarrollo de las comunidades y el bienestar de las mismas se vea materializado de forma que las personas puedan lograr la vida que quieren tener por medio de la libertad y oportunidades reales para hacerlo. Disminuyendo los impactos negativos que genera cada proyecto y potenciando de esta manera el valor que se le entrega al entorno, como se mencionó anteriormente, a través del uso responsable de los recursos naturales, permitiendo por tanto garantizar el mejoramiento de las condiciones socioeconómicas de las personas.
Esto debe ser llevado a cabo por medio de la incidencia de la población, una incidencia social, política y pública, de manera que las agendas municipales, departamentales y nacionales den cuenta de las características, necesidades y oportunidades correspondientes a la población a la que se dirigen, así mismo una forma de que la implementación de los ODS se establezca y prevalezca es la inserción de estos en los planes de desarrollo y sus programas por medio de políticas públicas.
Por otro lado, la cooperación internacional juega un importante papel en la implementación de estos, pues con su apoyo se pueden lograr diversos programas y a partir de estos, proyectos, que no necesariamente se ejecutan a partir del Estado, sino por medio de organizaciones sociales, instituciones educativas y la ciudadanía en general.
De acuerdo con Herrero, Herrera (2018) Colombia tiene razones de peso para asegurar la implementación de esta agenda. Puesto que fue uno de los países precursores en su diseño desde la Conferencia Río+20 en 2012 y ha sido pionera en la inclusión de la Agenda en sus instrumentos de planeación, como los planes de desarrollo y el CONPES sobre ODS. Además, está ante una oportunidad histórica, en la que con los acuerdos para la terminación del conflicto armado y la construcción de una Paz estable y duradera puede avanzar decididamente hacia el cierre de las brechas de desarrollo.
Referencias
Herrero, M. S., &; Herrera, F. (2018). ODS en Colombia: Los retos para 2030. Programa de Las Naciones Unidas Para El Desarrollo, 1-74.